No todos los cálculos renales son iguales, el tipo más común se forma a partir de calcio y oxalato. El tratamiento individual para los cálculos renales depende del tipo de cálculo.

A veces, una dieta especial puede ser suficiente para evitar que se formen más cálculos renales. En ocasiones además de la dieta se deben tomar medicamentos.

Si tuvo un cálculo de calcio, lo ideal es que reduzca la cantidad de sal en la dieta, ya que el sodio extra hace que pierda más calcio en la orina, aumentando el riesgo de producir otro cálculo.

No tiene que limitar en una cantidad significativa el calcio con la comida (lácteo y derivados). Ya que tanto un exceso, como el déficit de este mineral puede provocar la aparición de cálculos. Además, las dietas bajas en calcio durante períodos prolongados pueden producir pérdida de la masa ósea u osteoporosis.

Si ha tenido un cálculo renal que contiene oxalato, considere que algunas investigaciones sugieren que limitar la ingestión de alimentos ricos en oxalato puede ayudar a reducir la probabilidad de que se forme otro cálculo de oxalato.

Entre los alimentos ricos en oxalato se encuentran los siguientes: frutos secos, té, café, bebidas oscuras, espinaca, remolacha, frijoles, bayas (moras, frambuesas, fresas, grosellas), chocolates en cualquier variedad. Si el cálculo es de ácido úrico es prudente moderar las carnes rojas, las sardinas, los frijoles y el licor.

Para reducir el riesgo de que su cuerpo forme un cálculo nuevamente, es importante que beba por lo menos tres litros de líquido durante el día.